sábado, 8 de enero de 2011
Clarinetista
Aceptando sus nulas dotes de playboy decidió aprender a tocar el clarinete como Woody Allen, al cual admiraba muchísimo, con la esperanza de que su vida se convirtiera en un desfile sin fin de orgias y sexo sin protección.
En lugar de eso continuó siendo el mismo fracasado y lleno de rabia contra la sociedad que le había moldeado así. Buscaba su venganza en determinados momentos, cuando la partitura de la orquestra le permitía levantar su dedo anular y despreciar así al público y a las autoridades que hubieran acudido a verle.
El tío tocaba con total neutralidad todas las notas pero sabía perfectamente cuando llegaba su momento y para sus adentros espetaba: - comeos esta…
A pesar de todo nunca desveló a nadie su fantasía, llegó a ser un gran clarinetista pero murió virgen.
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Adoro esos pequeños actos terroristas, la versión más pequeña de lo patético.
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