miércoles, 19 de enero de 2011

Demiurgo


En unas montañas muy poco conocidos de la china interior. Un hombre lanza extraños gritos y degüella a uno de sus hijos en ofrenda a Yu el grande, un dragon que controla el curso de los rios.

En la isla africana de kurumba, en un lugar apartado de la playa, Un hombre fornica con una mujer que llora mientras otros cuatro la sujetan, en un oscuro ritual para pedir la atencion Domfe, dios del agua, de la lluvia y del viento.

En lo mas alto de un edificio de nueva york, un hombre llora y grita de rabia y pide con todas sus fuerzas al Gran espaguetti volador que lo creó todo que le salve de la vida de misieria en la que esta atascado, que le salve de su propio suicidio.

En unas montañas de Escandinavia, donde mucho antes unos hombres gritaron hacia donde ellos pensaban que estaban los dioses, Asgard, ahora hay una iglesia cristiana donde un señor con escritorio grita en voz muy baja, con la mano juntas y sin apenas gesticular. Y le manda mensajes a un dios unico, con barba y tunica blanca que al parecer tambien esta sentado en un enorme ecritorio encima de las nubes.

Sus mensajes nunca llegarán a quien ellos esperan...Y desde el cielo, el (hombre-larva-mariposa-libelula-esquizofrénico), que a pesar de sus limitaciones creó el mundo, mira extrañado incapaz de comprender lo que le dicen. Por los siglos de los siglos (o eternamente)

sábado, 8 de enero de 2011

Clarinetista


Aceptando sus nulas dotes de playboy decidió aprender a tocar el clarinete como Woody Allen, al cual admiraba muchísimo, con la esperanza de que su vida se convirtiera en un desfile sin fin de orgias y sexo sin protección.

En lugar de eso continuó siendo el mismo fracasado y lleno de rabia contra la sociedad que le había moldeado así. Buscaba su venganza en determinados momentos, cuando la partitura de la orquestra le permitía levantar su dedo anular y despreciar así al público y a las autoridades que hubieran acudido a verle.

El tío tocaba con total neutralidad todas las notas pero sabía perfectamente cuando llegaba su momento y para sus adentros espetaba: - comeos esta…
A pesar de todo nunca desveló a nadie su fantasía, llegó a ser un gran clarinetista pero murió virgen.

martes, 4 de enero de 2011

Gatito Blanco

El cielo resplandecía azul sobre la campiña Francesa.
El sol se filtraba por la parra y se proyectaba sobre mi maravillosa vida, mi mujer, mis pequeños hijos mi viejo gato, me encaminaba hacia los 40 con la vida soñada de todo hombre. Sentados en el porche la mujer con la que estoy felizmente casado desde hace unos años sostiene en su regazo a nuestro viejo gato blanco mientras lo acaricia.

Ese gato guarda mi oscuro secreto.
Todo empezó incluso antes de conocer a mi mujer, aun vivía solo, era un estudiante, un verano tuve una especie de horrible gastroenteritis con estreñimiento, estuve dos días enteros en casa a ver si se me pasaba, nadie notó mi ausencia, cuando los dolores ya eran insoportables y decidí levantarme de la cama para ir al médico, un terrible pinchazo me hizo perder el equilibro, y caí en el suelo retorciéndome de dolor.

Algo se deslizaba a través de mi colon hacía casi una semana que no podía ir al wáter así que me resigne a dar a luz a un enorme zurullo allí mismo en el suelo de mi habitación, resignado a limpiarlo si aquello me aliviaba, parecía que iba a defecar mi propio sistema digestivo replegándose alrededor de mi ano. En lugar de eso salió un precioso gatito blanco.

Me quede tumbado, desconcentrando, y culo me sangraba.
Me cure el culo como pude y cuide el gato como si fuera mío…Justo en esa época conocí a la que es ahora mi esposa.
Nunca le conté a nadie como conseguí ese gato.
No quiero que los científicos hurguen en mi culo

16 años después el gato sigue vivo y sigue blanco, blanquísimo como el primer día, lo cual me desconcierta bastante. El gato se arrima a mi mujer y se restriega por su pierna, a mi mujer le encanta ese gato, yo sonrío, lo coge en brazos y lo besa…

si supiera de donde salió ese gato…



domingo, 2 de enero de 2011

Crítico de arte





Todo el mundo habla muy bien de él. Lleva años en la cresta de la ola, se habla de un pasado suyo oscuro, de depravación y desenfreno,pero eso no importa a nadie.Tiene un gran aparato logístico que funciona sin él, sus apariciones son esporádicas y estelares, siempre envueltas en un halo de bruma y misterio.

Cuando alguien va a preguntarle algo, el crítico de arte se para frente a él, da un pasito atrás, se queda mirándole de arriba abajo sin decir nada con una expresión muy neutra,  aséptica, casi desencajada, callado, escrutando en su interior, sin hacer nada, sin mover un músculo, como si su imagen estuviera congelada…

Cuando te mira así, puedes escuchar a tus demonios interiores hablar, y empiezas a pensar sobre todo lo que alguna vez te has preguntado, entras en sintonía con el cosmos, puedes ver perfectamente los cánones de belleza inmateriales del universo, sentirlos y verlos a través de su cara maltrecha, de su nariz descompuesta. Sus ojos deslumbrantes han envejecido más que los de cualquier humano a consecuencia de lo que ha visto. La dureza de las arrugas que se le forman junto a los labios te transmiten la seguridad y las premisas para enfrentarte al dilema tú solo. Ese rostro te dice la verdad.

Si después de un minuto o dos no has percibido esto, sus consejeros consideran que no has entrado en sintonía e inmediatamente eres despedido, en el mejor de los casos.El crítico de arte sigue su camino sin decir una palabra o mover un centímetro su expresión y desaparece por algún sitio, a veces durante meses.

En realidad el diseñador tuvo una embolia hace años y no puede mover la mayor parte de su cuerpo, lleva años intentando pedir ayuda, gritar socorro pero nadie se ha dado cuenta todavía.



Mientras se ducha plácidamente


"Tenían un método bastante desagradable para ajusticiar a los más duros criminales y vándalos. Llenaban una gran caldera de agua en la plaza del pueblo, mantenían la temperatura con fuego a los costados, llamas ni demasiado grandes ni demasiado pequeñas e introducían a los condenados dentro de una jaula.Suspendidos en el vacío los bajaban lentamente hacia la caldera en suave ebullición.

Eran bandidos curtidos, se hacían los duros e insultaban a la muchedumbre que acostumbraba a ir a esta clase de eventos.

Los metían en el agua hirviendo hasta la cintura o el pecho, con las manos atadas a la espalda y allí quedaban, ablandando su carne, con ampollas por todo el cuerpo, la piel saltando fácilmente debido a la hinchazón de la carne, lo cual teñía el agua de color rojo, casi siempre. Los gritos duraban días, el rey hacia repartir tapones entre los vecinos que suspiraban aliviados cuando terminaban los gritos y por fin, el pobre diablo moría. Normalmente los dejaban un día o dos más hirviendo hasta que su cuerpo se convertia en un espeso caldo.Los más curiosos se acercaban para oler semejante sopa."

Se imagina una tortura muy jodida mientras se ducha placidamente en el s. XXI